La depresión y la vida...
Como diría el doctor, aceptar que uno se enfrenta a lo que clínicamente se denomina depresión, es de las cosas más difíciles de la vida, sobre todo porque la depresión va vinculada al psiquiatra y hablar de un psiquiatra es aceptar que uno tiene un problema severo en la vida ¿quien quiere ir a un loquero que además le va a administrar medicamentos que te volverán dependiente a ellos? y sobre todo ¿porqué debo depender de un medicamento para ser feliz? Y definitivamente aceptarte como enfermo es una verdadera osadía, pero... realmente no estas sólo en este trance. El hecho de estar deprimido no significa que tu estés mal... bueno, si lo estas pero no como tu lo piensas.
De entrada el primer problema al que nos enfrentamos es entender que requerimos ayuda profesional, y no, no es para que te zampen una increíble cantidad de ansiolíticos y antidepresivos, sino para que te hagan una revisión integral de que es lo que está pasando en ti mismo. La verdadera depresión se encuentra oculta bajo una serie de enfermedades o síntomas varios que éste espacio sería interminable para comentarlos. Y la mayoría de estas "enfermedades" sólo son actos reflejos de nuestro organismo para que le hagamos caso y le pongamos un poco de atención.
¿Cómo voy a estar deprimido si me siento muy bien? Esa era la pregunta que me generaba. Yo creía sentirme perfectamente bien, pero cuando menos me di cuenta subí brutalmente de peso, y me desesperé que aún cuando hacía dietas no bajaba un gramo (comer compulsivamente no sólo es atiborrarse, sino no darse cuenta que comes más de la cuenta aún con dietas). Me sentía cansado, y lo atribuí al exceso de trabajo. Me sentía molesto y lo podía atribuir a miles de cosas externas y, lo peor es cuando tus amigos te dicen que hace más de seis meses que te la vives encerrado en tu casa sin ganas de salir... ¡¡¡y tu ni enterado!!!
Un amigo me comentó que vivir la depresión es como vivir la diabetes, o sea, una enfermedad silenciosa, que uno no se da cuenta que allí está hasta que caes en el hospital por una crisis, y no hablo de crisis suicidas, que ya son niveles extremos, sino a cualquier cosa que haya detonado un estado súbito de nerviosismo que no puedes controlar. Si mal te va, sólo te recetarán un poco de reposo y vacaciones para calmar lo que generalmente se ubica como estrés o exceso de trabajo. Pero si realmente tuviste la suerte de que un ángel de la guarda disfrazado de médico detecta que lo que tienes es depresión, acéptalo y acude al psiquiatra. más vale que el especialista lo descarte a que por no ir, termines por no querer vivir la vida y alejarte del mundo.
No te voy a mentir, cuando el psiquiatra te diagnostica la depresión es un momento difícil, porque nadie está preparado para saberse enfermo... no es lo mismo que te de una gripe y sentirte mal por un rato, que aceptar que toda tu vida cambiará en muchos aspectos. Iniciar el tratamiento será una cosa similar como a querer resetear tu vida. Los ansiolíticos y antidepresivos no te resolverán la vida, sino que solamente se encargarán de hacerte el trance mas llevadero. Estos medicamentos únicamente harán que te sientas mejor, pero no para que vivas dependiendo de ellos. Al contrario, la meta del médico es quitarte ese apoyo químico que te proporciona en un inicio. Los medicamentos serán como una férula para ayudar a contener las "fracturas del alma", ya de ti dependerá que esa "fractura" solidifique para quitarte la férula.
Ya con los medicamentos en la mano, todo depende de ti, de tus decisiones y del cómo vas a enfrentarte a eso que te afecta. A partir de que el medicamento entra y te hace sentir mejor, ya depende de ti el agarrar al toro por los cuernos y sacar todo eso que te hace sentir de la fregada. Tu serás el encargado de enfrentar lo que no habías podido hacer anteriormente. Y es donde empieza lo divertido del asunto. En mi caso, lo que a mi me dañaba era el no poder decir "no". Cada vez que yo decía que no me sentía como el malo del cuento, y terminaba aceptando y tratando de sacar las cosas como diera lugar. Para mi el decir que no era similar a lastimar a la gente que yo estimo. Pero resultaba que yo sólito me ponía en un estado de incomodidad por hacer cosas que no estaba de acuerdo, y peor me quedaba callado "por no dañar a mis seres queridos". Ellos muy bien y yo hecho pomada. Cuando empecé a ver que no pasaba nada al decir "no" en los momentos exactos, fue cuando se inició un cambio impresionante en mi vida, porque yo ya empezaba a responsabilizarme de mi mismo y de mis decisiones.
No tienen idea de lo bien que se siente mandar al caño al mundo y ver hacia uno mismo, porque cuando tomas las riendas de tu vida no hay forma que el proceso de recuperación se detenga. En cuanto detectas que es lo que te afecta, es cuando realmente el sistema se resetea.. digo, no es borrar el cerebro, sino que reinicias tu perspectiva frente a la vida buscando el justo equilibrio, y no importa lo que la gente te diga porque lograste salir de ese gran abismo que sentías al principio. El camino es bastante dificil, pero con un poco de ayuda el futuro se ve esperanzador. Sobre todo porque cuando menos te das cuenta, estas del otro lado.
La vida es para disfrutarse y no para sufrirla.... si te sientes mal contigo mismo, acude con tu médico y no le digas sólo lo que te duele física, sino moralmente...
Lalo.
Despues de perder el contacto contigo, me da mucho gusto leerte asi, si algo admire desde que te conoci es tu manera de ver y enfrentar la vida
ResponderEliminarDe hecho esto de la depresión, también forma parte de mi vida. Si bien ante todo mundo mantengo una visión animosa, por dentro las cosas son distintas y pues a veces hay que compartirlas porque mucha gente se siente igual que uno. Si alguien te platica el cómo se siente por dentro y el que acudir a un especialista es una liberación, se abre una puerta a que acudas a él para que te ayude con lo que traigas. No somos Dios para poder con todo.
EliminarSi enfrento la vida de esta forma no sólo es por ya sentirme bien, sino por entender que la vida es un regalo, y que yo tuve a los 13 años una segunda oportunidad de vivir maravillosa.