Reflexiones navideñas 2015

Si, se que me desaparecí del blog durante muchos meses pero también es parte de ese crecimiento como ser humano. Este año ha sido de lo más loco en mi vida, sobre todo porque fue hora de aprender a caminar por mi mismo como hace mucho no lo hacía. Si bien dicen "niegate a ti mismo" tampoco es para olvidarse de uno mismo, como me estaba pasando a yo. 

Estos momentos son para pasarlos en familia, en compañía de tus seres queridos, y hace un año exactamente estaba yo en compañía de alguien con quien quise compartir mi vida, cuestión que por múltiples momentos no se logró (pero eso lo dejaré para otra publicación). En este caso lo importante es hablar de la familia. Esa familia que muchas veces uno quiere y que prácticamente no se encuentra en los consanguíneos sino en el grupo externo a  la misma casa. Si bien el grupo doméstico es parte de esa estructura social denominada familia, la familia se va construyendo día con día, a partir de los vínculos afectivos y lazos emocionales en los que uno se va relacionando. 

Durante mucho tiempo yo me sentía completamente sacado de balance por no poder pertenecer a una familia en particular, sobre todo al sentirme paria de un modelo tradicional consanguíneo, que me fue hundiendo poco a poco en un manto de tristeza y soledad. Peeero no me había dado cuenta que mi familia realmente estaba afuera, una familia maravillosa con la que he crecido, reido e incluso peleado en este tiempo.

El hablar de pasarla en familia en estas fechas, es realmente estar en compañía de la gente con la que uno se siente identificado, es estar junto a esas personas que hacen tu vida más divertida y con quienes tu puedes compartir muchas cosas en común, ya sea trabajo, cuestiones afectivas o por lo menos estar allí perdiendo el tiempo en un ámbito cálido.

La re estructuración de los lazos familiares ha sido una verdadera odisea para un servidor en ese aspecto. Lo maravilloso es que de pronto, al olvidarme de esa parte de sozobra y tristeza, logré encontrar una gran banda de locos con los que amo estar, con quienes mis lazos de solidaridad se van fortaleciendo completamente y que - sin ser consanguineos - me han mostrado un núcleo sólido de seguridad y alegría.

Estar en familia entonces es la meta de estos días, pero lo importante es gozar esos lazos afectivos y no sólo los lazos genéticos que te unen al grupo. El compartir esta noche en un ámbito familiar es para fortalecer día con día esa unión, para que todos los integrantes de nuestros colectivos estén en armonía sin muros o etiquetas, sino por el placer de estar reunidos y compartir este momento de renovación que nos dan las fiestas navideñas. La meta no es celebrar a una persona que vino hace chinchemil años aquí con la promesa de salvación sino la meta es celebrar el amor que nos procuramos entre todos (creo que esa persona de hace chinchemil años era lo que vino a decir) y que por lo menos una vez al año la podemos expresar con toda tranquilidad y sin prisas. 

Hoy estaré celebrando con mi pequeña familia nuclear esta parte, pero como quisiera estar celebrando con mi gran familia, con todos estos seres que han dado sentido a mi vida y me han permitido ser parte de la suya dándose la oportunidad de conocer mucho más allá de mí que sólo mi parte exterior. 

Espero que el sueño de la navidad nos lleve a todos a un momento de alegría, compañerismo y sobre todo a un punto donde el amor sea lo central en esta noche.

Renovemos este lazo de amor a partir de las fiestas de las luces. Felices fiestas saturnales para todos.


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